Ser sostenible en el presente para garantizar el desarrollo de las generaciones futuras. Este es el mayor reto para todos: empresas, gobiernos y sociedad.
El mundo va con retraso en la consecución de la agenda 2030, propuesta por el Pacto Global (ONU) en 2015, con 17 Objetivos de desarrollo sostenible, entre ellos: el consumo y la producción responsables, la reducción de las desigualdades y la acción contra el cambio climático global.
El momento de actuar es ahora. Como principal poseedor del poder económico, además de ser un propulsor de la innovación y la tecnología, el sector privado tiene un papel fundamental en este proceso.
Más allá de los numerosos retos, el compromiso de las organizaciones con la sostenibilidad y la forma en que las empresas abordan los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) aumentan la capacidad de innovación, las nuevas oportunidades de negocio y la mayor competitividad.
Sostenibilidad como factor de valorización y competitividad
En 2021, una encuesta mundial de EY realizada a 325 inversores mostró que el 79% considera los riesgos y oportunidades ESG como un factor importante en su decisión de inversión, y que el 49% es probable que desinvierta si el rendimiento medioambiental, social y de gobernanza de las empresas no es el esperado.
En 2020, el Índice de Sostenibilidad Empresarial —ISE— de la B3, se revalorizó un 325%. El objetivo del ISE es ayudar a los inversores a tomar decisiones de inversión responsables. Para componer del índice, las empresas deben mostrar iniciativas basadas en los siguientes temas: eficiencia económica, equilibrio medioambiental, justicia social y gobernanza corporativa.
Más que nunca, la atención de las empresas ya no se limita a los resultados financieros y a la excelencia operativa. Ahora, hay preocupaciones relacionadas con los temas éticos y de compliance, ambientales, de salud, de violación de los derechos humanos, de seguridad y de bienestar de los empleados.
El compromiso de los consumidores, los empleados, los inversores y las comunidades también está creciendo y la tendencia es que la gente se comprometa cada vez más con la agenda de la sostenibilidad. Estas preocupaciones derivadas de este nuevo proceso aún generan dudas en el entorno empresarial, aunque su extrema importancia está demostrada.
Sostenibilidad como estrategia de innovación
Las empresas deben tener un sesgo innovador para sobrevivir, independientemente del sector en el que operen, y eso está relacionado con la sostenibilidad. Pero conviene recordar que ser sostenible hoy en día va más allá del concepto medioambiental: se relaciona con la forma en que las empresas responden a los cambios de la sociedad.
Hay un gran desafío de adaptación de la empresa a un entorno más complejo, especialmente para los líderes. El camino puede ser menos arduo cuando se cuenta con el compromiso de toda la organización. Y por supuesto, en este sentido, el área de compras sobrelleva una gran responsabilidad.
Para alcanzar un potencial sostenible es necesario considerar estrategias que vayan más allá de los riesgos de los proveedores. Es necesario incorporar la sostenibilidad como una verdadera estrategia empresarial, ver el tema como un motor de la innovación.
En otras palabras, encontrar en los problemas de la sociedad lo que puede transformarse en una oportunidad de negocio puede generar no sólo un impacto positivo para las personas, sino también un movimiento que potencie el crecimiento empresarial.
¿Cuáles son los primeros pasos hacia las compras sostenibles?
Hoy en día, el compromiso con la sostenibilidad y los aspectos ESG —acrónimo de environmental, social and governance— forman parte de la agenda de las organizaciones que han invertido en estrategias centradas en las personas, los procesos y la tecnología.
El primer paso es considerar efectivamente los problemas como una responsabilidad de la empresa. A continuación, comience a discutir los impactos que la organización provoca en la sociedad y el medio ambiente, especialmente aquellos que aún no se gestionan.
En este proceso, es importante definir los temas materiales, un concepto de sostenibilidad que traza los principales impactos de las actividades de una organización sobre estos temas.
A partir de la identificación de las cuestiones materiales, es posible dirigir las iniciativas sostenibles a los aspectos más relevantes. Por ejemplo: gestión de residuos, emisiones de gases, lucha contra la corrupción, salud y seguridad de los clientes, entre otros temas.
Para responder a las demandas de la sociedad, es esencial establecer asociaciones y promover la educación mediante acciones inmediatas.
Hoy en día, elegir a los colaboradores únicamente en función del precio ya no se ajusta a la estrategia de las empresas que quieren impulsar su acción responsable. La agenda de la sostenibilidad está vinculada al riesgo, a la eficacia y a la creación de valor e innovación.
Por lo tanto, es importante ampliar la conciencia sobre los impactos relacionados con las actividades y productos de la organización, para estudiar la injerencia que la empresa tiene en la vida de las personas y en el medio ambiente.
Compra responsable y compromiso con los proveedores
En cuanto a los proveedores y terceros, hay que tener en cuenta diferentes criterios de sostenibilidad para minimizar los riesgos relacionados con la cadena de suministro y sus impactos en la empresa.
Es posible mejorar lentamente el nivel de madurez en la selección de proveedores y en su gestión. Para empezar, los asociados deben cumplir los requisitos legales y técnicos exigidos por los reglamentos y normas internas.
Una vez que estos requisitos muestren un resultado deseable, es el momento de desafiar a los proveedores con respecto a la innovación. Invitarlos a participar en el proceso de transformación de los productos porque las nuevas soluciones no están sólo dentro de las organizaciones.
Un ejemplo práctico: cuando se busca un nuevo envase, la empresa «proveedor A» tiene un coste más competitivo que el «proveedor B», pero este último tiene un laboratorio colaborativo de investigación y procesos. La posibilidad de innovar es mayor con el «proveedor B», lo que puede aumentar el beneficio y la competitividad de la empresa.
Invertir en las actividades de la innovación y contar con los proveedores como parte de la estrategia es una cuestión de supervivencia. Y en este camino, la tecnología es una gran aliada del área de compras, principalmente porque hay una complejidad en el nivel de información de los socios asociados que debe ser gestionada de forma continua y de manera transparente e integrada.
Solución de gestión de proveedores
La gestión de proveedores es un reto para las empresas. Además de las cuestiones relacionadas con el precio, la calidad y la entrega, otras preocupaciones deben estar en la estrategia empresarial, como la imagen de marca, ESG, escasez, y riesgos de corresponsabilidad fiscal y laboral.
Para gestionar todas estas variables, las organizaciones necesitan apoyarse en la tecnología. En la gestión de proveedores, tenemos 5 prácticas: registro, homologación, evaluación, inspección y gestión de terceros.
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