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En el mercado, hay una tendencia al crecimiento de procesos tercerizados que aumentan la dependencia de una base de proveedores calificados. Ante esta realidad, la Gestión de Riesgos se está convirtiendo en uno de los temas cada vez más relevantes para las empresas, como parte de un tema mucho más amplio: el cumplimiento normativo, es decir, el cumplimiento de las normas internas y externas.

En 2014, Price Waterhouse Coopers (PwC) realizó un estudio con ejecutivos que trabajan en Brasil y señaló una tasa de fraudes en el área de compras superior al promedio mundial. El principal tipo de delito identificado por la empresa es el fraude en adquisiciones corporativas, mencionado por el 44% de los 132 encuestados.

Prácticas de gobernanza y cumplimiento

Implementar una gestión de riesgos eficiente ha sido un desafío para las organizaciones. Muchas empresas buscan emplear procesos de gobernanza y cumplimiento para optimizar la gestión de los procedimientos operativos, sin establecer primero una estrategia definida para las compras corporativas.

Las nuevas demandas del mercado hacen que las empresas vean la gestión de riesgos no solo como una necesidad técnica, sino como una cuestión estratégica que impulsa la toma de decisiones. Esto aumenta, en consecuencia, la competitividad y rentabilidad de una empresa.

Alineadas con las normas y estándares internacionales, las soluciones tecnológicas aportan seguridad y transparencia a la gestión de riesgos. Además, ayudan a abordar el desafío de implementar procesos que incluyan la depuración de los datos de los proveedores y la evaluación de la reputación de las empresas y sus socios.

Diversos aspectos, como la calificación legal, la verificación de la regularidad fiscal y laboral, la situación económico-financiera, la calificación técnica-operativa y las prácticas de sostenibilidad, también forman parte del seguimiento de estos proveedores.

Una empresa asociada a prácticas fiscales ilícitas, además de dañar su propia imagen, enfrenta la posibilidad de cometer delitos relacionados con la evasión fiscal debido a la actual rigurosidad en la persecución fiscal. En este contexto, la práctica del cumplimiento fiscal tiene como objetivo guiar a las empresas para que cumplan con las normativas legales.

La metodología del cumplimiento fiscal es preventiva y sus procedimientos se enfocan en la evaluación e identificación de posibles fraudes, permitiendo que se tomen medidas antes de que una negociación cause algún tipo de daño.

Se sabe que lidiar con los requisitos legales relacionados con la tributación en Brasil no es tarea fácil, pero es necesario identificar posibles problemas e inconsistencias en la información para evitar que la empresa se encuentre en una situación de riesgo fiscal.

Operacionalización de las normas

Con estas necesidades de implementar un control de riesgos de proveedores establecido y teniendo en cuenta la creciente dependencia de terceros, se deben superar algunos desafíos para la implementación de un sistema que optimice el tiempo de contratación de un proveedor y permita la operacionalización de las normas a través de procesos bien definidos.

Desafíos de la gestión de riesgos

Una investigación sobre los desafíos de la gestión de riesgos realizada por el Mercado Eletrônico encontró que las empresas aún tienen una mayor preocupación por la depuración de los registros y la calificación técnico-operativa. Sin embargo, requisitos como la sostenibilidad y la salud financiera también están ganando importancia significativa en los procesos.

Este panorama está cambiando rápidamente debido a la creciente necesidad de una gestión de riesgos, además de la oferta en el mercado de soluciones y servicios que ayudan en la implementación de métodos de homologación de proveedores.